Una de las principales causas de accidentes mortales en el trabajo son los golpes en la cabeza. Durante los primeros seis meses del año, España registró más de 15.000 accidentes en la cabeza, de ellos, 1.249 fueron en la zona del cerebro. Estos últimos, 101 fueron graves mientras que 15 personas perdieron la vida, según los datos del Ministerio de Empleo en el avance de la Estadística de Accidentes Laborales de 2019. Una de las grandes causas de estas muertes es la falta de protección en la cabeza. Los elementos de los Equipos de Protección Individual (EPIS) como el casco que vendemos en Altiur Formación unido a formación en prevención y seguridad laboral son esenciales para remitir esta estadística, y sobre todo, y lo más importante, salvar vidas.

Los cascos de seguridad protegen la cabeza de aquel que los utiliza de manera correcta contra los riesgos para los cuales ha sido diseñado.

¿Cuáles pueden ser estos riesgos? Son varios y pueden aparecer varios de forma simultánea, entre ellos, figuran:

  • Riesgos mecánicos como caídas de objetos o choques contra objetos fijos.
  • Riesgos eléctricos tales como contactos eléctricos o descargas electrostáticas.
  • Riesgos térmicos por ejemplo, frio ,calor, llamas o proyecciones de metales en fusión.

Simulación de los efectos de la caída en altura de un objeto en la cabeza

 

Con todo ello debemos escoger el casco de manera correcta y para ello el Insht profundiza en las características sobre las que apoyarnos a la hora de elegir la mejor opción:

  • La mejor protección frente a la perforación la proporcionan los cascos de materiales termoplásticos (policarbonatos, ABS, polietileno y policarbonato con fibra de vidrio) provistos de un buen arnés. Los cascos de aleaciones metálicas ligeras no resisten bien la perforación por objetos agudos o de bordes afilados.
  • No deben utilizarse cascos con salientes interiores, ya que pueden provocar lesiones graves en caso de golpe lateral. Pueden estar provistos de un relleno protector lateral que no sea inflamable ni se funda con el calor.
  • Los cascos fabricados con aleaciones ligeras o provistos de un reborde lateral no deben utilizarse en lugares de trabajo expuestos al peligro de salpicaduras de metal fundido.
  • Cuando hay peligro de contacto con conductores eléctricos desnudos, deben utilizarse exclusivamente cascos de materiales termoplásticos. Deben carecer de orificios de ventilación y los remaches y otras posibles piezas metálicas no deben asomar por el exterior del armazón.
  • Los cascos destinados a personas que trabajan en lugares altos, en particular los montadores de estructuras metálicas, deben estar provistos de barboquejo.
  • Para mejorar la comodidad térmica el casquete debe ser de color claro y disponer de orificios de ventilación.
  • Cuando se trabaja a cierta altura es preferible utilizar cascos sin visera ni ala, con forma de «casquete» ya que estos elementos podrían entrar en contacto con las vigas o pilares entre los que deben moverse a veces los trabajadores, con el consiguiente riesgo de pérdida del equilibrio.

Sea como sea debemos tener claro que el pilar sobre el que se tiene que sustentar el buen uso del casco es la formación.

¿Cómo elegirlos? Una buena evaluación de riesgos nos dará las pautas para la elección correcta.

¿Cómo ponerlos? Siguiendo estrictamente las indicaciones del fabricante.

¿Hasta cuándo utilizarlos? Hasta que sea necesario sustituirlo, bien porque han superado su vida útil o en el mismo instante que hallemos un desperfecto.

 

Con todo, lo más importante es trabajar con cabeza

 

Iván Agulla

 

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